EXANTE Monthly Macro Insights

EXANTE Monthly Macro Insights

Por Renée Friedman, PhD

El mes en resumen:

Bienvenidos a nuestras Perspectivas Macroeconómicas mensuales de marzo de 2022. Los inversores han pasado el mes intentando entender la crisis ruso-ucraniana y el impacto más amplio que esta está teniendo en las relaciones geopolíticas y el comercio, el aumento de los precios de las materias primas y la respuesta de los diferentes bancos centrales a las presiones inflacionistas. No cabe duda de que las consecuencias a largo plazo de la crisis en el comercio mundial, incluyendo productos básicos como el trigo, el aceite de soja y metales como el cobre, el cobalto y el litio, así como en los mercados energéticos, serán probablemente transformadoras para varios sectores y países. La OCDE calcula que la crisis restará más de un 1% al crecimiento mundial este año y hará subir la inflación un 2,5% más de los niveles ya de por sí elevados.

En EE. UU., el reajuste de las carteras al final del trimestre aumentó la demanda de bonos y mantuvo los rendimientos bajos, pero en general, durante el mes, los rendimientos, especialmente en el tramo corto, subieron a máximos de varios años. En EE. UU. hemos sido testigos de la aparición de una curva de rendimiento invertida en la que los bonos del Tesoro a corto plazo tienen un mejor rendimiento que la deuda a largo plazo. Esto suele considerarse un precursor de la recesión. 

Mientras tanto, los mercados bursátiles parecían haber superado la preocupación por una desaceleración del crecimiento, ya que los bancos centrales mundiales tomaban medidas para hacer frente a la inflación subiendo los tipos y/o retirando lentamente los estímulos. El S&P 500 subió un 3,2% en marzo, el Nasdaq un 4,3% y el índice industrial Dow Jones un 2,3%. En Europa, el STOXX 600 registró un incremento del 0,61%, el DAX bajó un 0,32% en marzo, el CAC40 subió un 0,02%, el IBEX35 disminuyó un 0,40%, el FTSE MIB cayó un 1,55% y el FTSE 100 disfrutó de un aumento del 1,55% en marzo. El índice MSCI World Equity también subió, sumando un 1,94% en marzo.

Índice de volatilidad del mercado del tercer trimestre. Fuente: Refinitiv

En marzo vimos cómo los tres principales bancos centrales tomaron medidas de diversa índole contra la inflación. La Reserva Federal de EE. UU., en una votación de 9 a 1, hizo lo que el mercado esperaba en marzo al subir el tipo de interés de referencia en 25 puntos básicos, hasta el 0,50%. El banco central pronosticó que su tipo de interés oficial se situaría en un rango entre el 1,75% y el 2% a finales de año, lo que implicaría una subida de 25 puntos básicos durante al menos 6 reuniones. Sin embargo, en el transcurso del mes, a medida que los precios de la energía aumentaban en EE. UU., la Fed adoptó un tono todavía más agresivo, con el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmando que la Reserva Federal actuaría "rápidamente" para subir los tipos y que nada impediría que la Fed subiera los tipos en medio punto porcentual en la reunión de política monetaria del 3 y 4 de mayo. Este tono recibió en el transcurso del mes el apoyo de varios responsables de la política de la Fed: El presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, y el presidente de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard, afirmaron que la Reserva Federal podría tener que subir los tipos de interés de forma más agresiva con el fin de hacer frente a la elevada inflación, mientras que la presidenta de la Reserva Federal de Cleveland, Loretta Mester, dijo que pensaba que "es mejor adelantar algunos de los aumentos necesarios antes que después", y la presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, Mary Daly, dijo que "lo tengo todo sobre la mesa ahora mismo. Si necesitamos hacer 50 (puntos básicos), 50 es lo que haremos". Incluso algunos miembros menos halcones están abiertos a aumentar la velocidad de los cambios de los tipos, con el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, declarando que, a pesar de que se siente "cómodo" subiendo los tipos en incrementos de un cuarto de punto, está "abierto" a un movimiento de 50 puntos básicos si es necesario. Únicamente el presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, mostrándose más pesimista, ha advertido de que no es necesario ir demasiado lejos.

Y a pesar de la preocupación de que EE. UU. se dirija hacia una situación de estanflación, ya que será bastante difícil subir los tipos sin que aumente la tasa de desempleo, los datos han apoyado la capacidad de la economía del país para soportar una trayectoria agresiva de subida de los tipos: El informe nacional de empleo de ADP mostró que las nóminas privadas aumentaron en 455.000 puestos de trabajo el mes pasado, tras avanzar en 486.000 durante el mes de febrero. 

Aunque la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo que no tendría prisa por subir los tipos de interés y que cualquier movimiento sería gradual y llegaría solo "algún tiempo" después de que su programa de compra de bonos terminara tras la reunión de marzo, el BCE ha enviado una serie de mensajes contradictorios desde entonces. El responsable de política del BCE, François Villeroy de Galhau, dijo que el banco central necesitaba normalizar la política monetaria para mantener ancladas las expectativas de inflación de los ciudadanos. Sin embargo, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, dijo que las expectativas de inflación no se estaban desanclando. El gobernador del banco central de Estonia, Madis Müllerr, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, dijo que el BCE únicamente prorrogaría el programa de compra de activos (APP) si se produjera "un cambio drástico" en las perspectivas de inflación, mientras que la miembro del Consejo del BCE Isabel Schnabel dijo que el BCE estudiaría la posibilidad de prorrogar el APP más allá de este verano si se diese el caso de que la economía de la eurozona cayera en una "profunda recesión" debido a la crisis ucraniana. La amenaza de recesión se cierne sobre la economía, ya que las sanciones impuestas a Rusia han llevado los precios de la energía a máximos históricos en todo el continente, afectando a la confianza de los consumidores y las empresas. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, advirtió el pasado 30 de marzo de que "cuanto más dure la guerra, más altos serán los costes económicos y mayor será la probabilidad de que acabemos en escenarios más adversos". Con Europa aún en modo de recuperación, mientras el coronavirus vuelve a dispararse en todo el continente y la inflación alcanza sus niveles más altos de las últimas décadas, situándose en el 7,5% de media en toda la eurozona en marzo, y concretamente en el 7,1% en Alemania, el 5,1% en Francia, el 7% en Italia y el 9,8% en España, el BCE corre el riesgo de perder su credibilidad, ya que cada vez resulta más difícil creer que las tasas de inflación volverán al nivel objetivo del BCE del 2% a partir del año que viene. Aunque la energía ha sido la principal causa del repunte de la inflación, también se ha registrado una importante inflación de los precios de los alimentos, los servicios y los bienes duraderos, lo que supone una prueba más de que el crecimiento de los precios no se debe únicamente a la subida del gas y el petróleo. Alemania, la mayor economía del bloque y probablemente la que más depende de la energía rusa, es una de las más afectadas, y el consejo de asesores económicos del gobierno recortó el pasado 30 de marzo su previsión de crecimiento para este año al 1,8% desde el 4,6%, y pronosticó una inflación del 6,1% este año, más de tres veces la tasa objetivo del BCE, antes de caer al 3,4% en 2023. 

Sin embargo, el mercado laboral sigue mostrándose fuerte en la eurozona y la inflación de los precios de los salarios no es todavía evidente. El desempleo en la zona euro cayó a un mínimo histórico en febrero, ya que el paro en los 19 países que comparten el euro disminuyó al 6,8% desde el 6,9% revisado de enero. La tasa del 6,8% es la más baja desde que se iniciaron los registros en 1998. Sin embargo, mientras el BCE intenta cumplir su mandato de estabilidad de precios, quedará pendiente del impacto de cualquier corte en el suministro energético ruso a Europa, ya que esto provocaría un choque de precios incluso más importante y correría el riesgo de paralizar el crecimiento económico de la zona euro.

En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra (BoE), en su reunión del pasado 16 de marzo, subió el tipo de interés de referencia en 25 puntos básicos, hasta el 0,75%. Se esperan nuevas subidas de tipos, ya que la inflación sigue disparada; en los 12 meses hasta febrero de 2022 subió un 6,2%, frente al 5,5% de enero. El mercado laboral sigue siendo ajustado, ya que el número de puestos de trabajo vacantes entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 aumentó hasta un nuevo récord de 1.318.000 y la tasa de desempleo cayó hasta el 3,9%. Sin embargo, la participación de la población activa sigue disminuyendo en general. Sigue habiendo casi 600.000 personas menos con trabajo, y 400.000 personas más sin trabajo y sin buscarlo, que antes de que comenzara la pandemia. Y la inflación volverá a verse afectada por la subida de los precios de la energía que entra en vigor el 1 de abril. 

Durante los últimos tres meses, el euro ha caído cerca de un 2,1% frente al dólar, la libra esterlina ha caído alrededor de un 3% y el yen japonés se ha fortalecido cerca de un 5,4% frente al dólar, mientras que el franco suizo también ha subido casi un 0,6%. 

Los mercados del petróleo se han tambaleado en marzo como reacción a la crisis actual. Las exigencias del presidente ruso, Vladimir Putin, de que los compradores extranjeros paguen el gas ruso en rublos a partir del 1 de abril o de lo contrario se les cortará el suministro, provocaron cierto pánico, ya que Europa no puede sustituir este suministro rápidamente. Putin está intentando obligar a los gobiernos de la UE a incumplir sus propias normas al verse obligados a interactuar con el sistema bancario ruso. En resumen, esta demanda es un intento de apuntalar el rublo con una entrada de euros en el banco central. Esto reduciría la caída del valor del rublo y facilitaría en gran medida la capacidad de importar determinados bienes, disminuyendo así, al menos ligeramente, el riesgo de desobediencia civil y protestas. La amenaza de la falta de suministro mundial y de una nueva subida de los precios de la energía llevó al presidente de EE. UU., Joe Biden, a anunciar que, a partir de mayo, Estados Unidos liberará un millón de barriles diarios (bpd) de crudo durante seis meses de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR). Esta medida se produce después de que EE. UU. y otros miembros de la AIE hayan liberado 60.000 barriles diarios adicionales. La OPEP+ se ha resistido a las presiones para bombear más, y solo ha acordado continuar con el aumento de suministro adicional de 432.000 barriles diarios previsto para mayo en una reunión online celebrada el pasado 31 de marzo.

Futuros del crudo Brent en marzo de 2022. Fuente: Refinitiv

Cosas que tener en cuenta el mes que viene

Más allá de la crisis entre Ucrania y Rusia, que sigue acaparando la mayor parte de la atención mundial, hay otras consideraciones que pueden afectar a la geopolítica y la economía mundiales, entre las que destacan:

3 de abril de 2022 - Elecciones nacionales en Hungría. Los últimos sondeos para las elecciones generales de Hungría indican que será una carrera muy ajustada entre el partido Fidesz del primer ministro Viktor Orbán y la coalición de seis partidos de la oposición encabezada por el independiente conservador Péter Márki-Zay. La elección es para 199 diputados a la Asamblea Nacional para mandatos de cuatro años; de ellos, 106 circunscripciones uninominales se deciden por votación por mayoría de votos y el resto de diputados serán elegidos en una única circunscripción nacional, en su mayoría por representación proporcional. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha expresado su preocupación por la imparcialidad de los comicios, citando el historial de irregularidades electorales del país desde 2014. Si los resultados no reflejan la votación real, si el resultado es demasiado ajustado o si alguno de los candidatos se niega a aceptar el resultado de la votación, las consecuencias de las elecciones podrían desestabilizar incluso más a Europa del Este y poner a la UE, ya de por sí estresada, en la situación de tener que tomar medidas contra un Estado miembro. La UE ya ha tenido importantes desacuerdos con Hungría sobre la libertad de los medios de comunicación, el Estado de Derecho y los derechos de las minorías.

10-24 de abril de 2022 - Elecciones presidenciales en Francia. El presidente francés Emmanuel Macron busca la reelección y un mandato para impulsar su ambiciosa agenda de la UE. Si ningún candidato obtiene la mayoría en la primera vuelta, que se celebrará el 10 de abril, habrá una segunda vuelta entre los dos primeros candidatos el próximo 24 de abril. La ventaja de Macron ha disminuido en las últimas semanas, ya que sus oponentes, tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, han aumentado su apoyo. Marine Le Pen, la líder de la Agrupación Nacional de Derecha Dura, ocupa actualmente el segundo lugar en las encuestas, lo que sugiere que podría producirse una revancha de la segunda ronda de 2017.

14 de abril - Reunión del BCE y decisión de política monetaria. La decisión del BCE dependerá de la persistencia de la inflación según los miembros votantes y de si las expectativas de inflación se mantienen ancladas. La eurozona sigue sintiendo los efectos de la crisis ruso-ucraniana. Cada vez preocupa más que las cadenas de suministro, que de momento no se han recuperado del todo de las interrupciones surgidas durante la pandemia de la covid-19, se vean sometidas a una mayor tensión al cerrarse las rutas aéreas y modificarse las rutas marítimas tras las medidas adoptadas por A.P. Møller-Mærsk y otras compañías navieras mundiales que están deteniendo el movimiento de contenedores hacia y desde Rusia. Esto, junto con los recientes picos de coronavirus y el aumento de los precios de la energía, seguirá repercutiendo en el aumento de los costes de producción y de los alimentos, además de afectar a la demanda de los consumidores. 

18-24 de abril - Reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial. Las reuniones anuales en Washington, DC, incluirán la reunión del G7 que reunirá a representantes financieros, políticos y privados para debatir las perspectivas económicas mundiales, la estabilidad financiera global, el efecto global de la crisis ruso-ucraniana sobre los precios de la energía y los alimentos, y el cambio climático, entre otros temas. El creciente riesgo de estanflación como consecuencia de la pandemia de la covid-19 y el consiguiente repunte de la inflación será probablemente uno de los temas principales.

¿Se ha arrinconado Europa?

La escasez de metales de tierras raras, quién los controla, la búsqueda del Net Zero o neutralidad de carbono y los innegables efectos del cambio climático afectarán a la estabilidad mundial. Sin embargo, es en Europa, con su camino obligado hacia el Net Zero y con la menor facilidad de acceso a ellas, lo que preocupa cada vez más a los mercados. ¿Deberían los traders estar preocupados? 
      
La respuesta es sí y no. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) predice que la energía eólica y la solar podrían representar el 70% de la generación de electricidad en 2050, frente al 9% en 2020, si el mundo se embarca en el camino hacia la neutralidad del carbono en 2050. Esto se traduce en una enorme demanda de metales, como el cobalto, el cobre y el níquel, junto con los 17 metales de tierras raras que son vitales para las tecnologías renovables, ya que estos son utilizados como catalizadores e imanes en las tecnologías tradicionales y de bajas emisiones de carbono o en la producción de aleaciones metálicas especiales, vidrio y electrónica de alto rendimiento. De acuerdo con la AIE, para alcanzar el nivel cero a nivel mundial en 2050, se necesitarían seis veces más insumos minerales en 2040 y se multiplicarían por casi siete en 2030. Y la ubicación de estos metales, ya que muchos se encuentran en países políticamente inestables, como la República Democrática del Congo, o en países con los que las relaciones de la UE se han vuelto más tensas, como China y Rusia. The Economist predice que muchas de las que denomina "superpotencias de las materias primas verdes" tendrán ganancias inesperadas de más de 1,2 billones de dólares en ingresos anuales procedentes de los metales relacionados con la energía para 2040. 

La crisis ruso-ucraniana ha puesto de manifiesto el cambio de influencia de los países. Los problemas actuales de la dependencia europea del petróleo y el gas muestran la importancia de la diversificación de las cadenas de valor en todas las industrias estratégicas para la producción de energía verde y otras tecnologías verdes. 

Así pues, ¿qué significa esto para los inversores, en particular los europeos, cuando piensan en el impacto ampliado que esto puede tener en sus carteras, en particular en las acciones de automóviles y manufacturas? Esto significa que, además de considerar los niveles de riesgo de su asignación por países, deben tener en cuenta la capacidad de las empresas para adaptarse e innovar. Deben fijarse en quiénes están innovando para garantizar el suministro, en particular mediante métodos más claros y respetuosos con el medio ambiente, como el desarrollo de técnicas de modelización informática para localizar la mejor calidad de estos metales y los métodos para su extracción, quiénes están innovando también para ser menos dependientes de estos metales como porcentaje del insumo en el producto final, y quiénes están aprendiendo a reciclar mejor los metales existentes y a desarrollar un enfoque más estratégico de economía circular. Esta es una de las razones por las que se creó la Alianza Europea de Materias Primas (ERMA) en septiembre de 2020 y por las que la UE acordó, en noviembre de 2021, aceptar una estrategia de la UE que se espera que impulse la autonomía estratégica y la resiliencia en el suministro de materias primas críticas (CRM). Según la ERMA, se instó a la Comisión Europea a garantizar que las políticas de CRM formen parte de los planes nacionales de resiliencia y recuperación en el marco de NextGenerationEU, que se realicen inversiones en capacidades de reciclaje y que se promuevan nuevos instrumentos de financiación con respecto al reparto de riesgos. Sin embargo, a pesar de las promesas del año pasado, los acontecimientos se han desarrollado más rápido de lo que la mayoría había previsto. Esto significa que los inversores deben profundizar no solo en lo que producen las empresas de sus carteras, sino también en la procedencia de sus insumos, si quieren ser realmente sostenibles y rentables a medio y largo plazo.

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