Por Renée Friedman, PhD
La semana en resumen:
Bienvenidos a Macro Insights #12. Esta semana los mercados se han mantenido algo volátiles debido a que la incertidumbre sobre el número de subidas de los tipos y/o la cuantía de una primera subida de los tipos en EE. UU. afectó la semana pasada a la confianza de los inversores tras la señal de la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, de que la Reserva Federal se está preparando para empezar a subir los tipos ya en el mes de marzo. Sin embargo, los mercados han sido capaces de recuperar algo de terreno centrándose en los beneficios empresariales, aunque la amenaza de la subida de los tipos ha sido lo que más ha afectado a las acciones de las empresas tecnológicas. A pesar de que los mercados de renta variable han vacilado esta semana pasada, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. se han disparado a máximos de dos años, mientras que los bunds alemanes también han superado el umbral del cero % (antes de volver a caer), una señal de que la inflación sigue siendo un problema importante con el que la mayoría de los bancos centrales, incluido el BCE, se verán obligados a lidiar este año.
Los productores siguen enfrentándose a la escasez de materiales, a los cuellos de botella en el transporte y al endurecimiento de los mercados laborales en Estados Unidos y el Reino Unido. La tasa de participación de la población activa en EE. UU., en particular, sigue siendo obstinadamente más baja de lo que cabría esperar debido a los temores en torno a la covid-19, la falta de guarderías para algunos trabajadores, la jubilación anticipada y el abandono de la población activa por otros motivos.
Durante la semana pasada, el precio del crudo Brent, la referencia mundial, subió a su nivel más alto desde octubre de 2014, ya que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha dicho que el mercado parece más ajustado de lo que se pensaba, con una demanda que se muestra resistente a ómicron. También se ha producido el ataque a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) por parte de los hutíes de Yemen, lo que ha intensificado las hostilidades entre el grupo alineado con Irán y una coalición liderada por Arabia Saudí. Además, un incendio detuvo el martes de forma temporal los flujos a través de un oleoducto que va desde la localidad iraquí de Kirkuk hasta el puerto turco de Ceyhan, deteniendo brevemente los flujos esta semana. El mercado también se ha visto apoyado por el déficit de suministro del grupo de productores OPEP+, ya que, de acuerdo con las estimaciones de la AIE, el grupo ha producido alrededor de 800.000 barriles diarios (bpd) por debajo de sus objetivos de producción en diciembre. La AIE ha afirmado que, a pesar de que el mercado del petróleo podría registrar un importante superávit durante el primer trimestre del año, es probable que los inventarios estén muy por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
Lo que hay que tener en cuenta esta semana:
- El viernes, en Europa, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, pronunciará un discurso sobre las perspectivas económicas mundiales en el Foro virtual de Davos de este año. También habrá datos preliminares sobre la confianza de los consumidores de la eurozona en enero. El lunes se publicarán el PMI compuesto de Francia y el PMI de servicios de Markit, el PMI compuesto de Alemania, el PMI de servicios de Markit y el PMI manufacturero de Markit, y el PMI de servicios de la zona euro, el PMI compuesto de Markit y el PMI manufacturero de Markit. El martes se publicarán los datos del clima empresarial y las expectativas del IFO alemán. El miércoles, datos de la confianza del consumidor en Francia. El jueves, los datos de la confianza del consumidor alemán de GfK.
- En Estados Unidos, el lunes se publicarán el índice de actividad nacional de la Fed de Chicago, el PMI compuesto de Markit, el PMI de servicios de Markit, el PMI manufacturero de Markit y el índice manufacturero de la Fed de Dallas. El martes se publicarán los datos sobre el precio de la vivienda y la confianza del consumidor. El miércoles se publicarán los datos de venta de viviendas nuevas. Y lo que es más destacable, y lo que regirá los mercados durante toda la semana, son las declaraciones de la Reserva Federal de EE. UU. sobre los tipos de interés y la política monetaria. El jueves se publicarán los datos de solicitudes iniciales y continuas de subsidio de desempleo, los datos de los precios del consumo personal básico, los datos de los precios del gasto de consumo personal, los datos de los pedidos de bienes duraderos y de los pedidos de bienes de capital no destinados a la defensa, los datos de las ventas pendientes de viviendas y los datos preliminares del PIB para el cuarto trimestre.
- En el Reino Unido, el viernes se publicarán los datos de confianza de los consumidores de GfK y los datos de ventas minoristas. El lunes, el PMI manufacturero de Markit y el PMI de servicios de Markit.
Además, el 24 de enero arrancará el proceso de elección del nuevo presidente de Italia. En el proceso de votación participan todos los diputados de todo el parlamento italiano así como los representantes de las administraciones regionales. Se trata de un total de 1.008 "grandes electores", quienes votarán cada día hasta que un candidato consiga alcanzar la mayoría necesaria. Esta contienda enfrentará probablemente al exjefe del BCE, Mario Draghi, con el extravagante exprimer ministro, Silvio Berlusconi, de 85 años, con su historial de escándalos sexuales y una condena previa por fraude fiscal. El presidente que abandona el cargo, Sergio Mattarella, de 80 años, ha descartado aceptar otro mandato de siete años. A pesar de la existencia de otros posibles candidatos, como el ministro de Comunicación, Vittorio Colao, la ministra de Justicia, Marta Cartabia, el exjefe de la Cámara Baja, Pier Ferdinando Casini, y el exprimer ministro, Romano Prodi, mucho dependerá de los acuerdos a los que sean capaces de llegar los distintos partidos representativos.
¿Es posible la antigua normalidad?
Todos estamos, literalmente, hartos de la covid con todas sus variantes y desesperados por volver a nuestras vidas normales, anteriores a la covid. Sin embargo, la pandemia y los desajustes de la oferta y la demanda que la pandemia ha creado y exacerbado, junto con las amplias transferencias fiscales de algunos gobiernos -por ejemplo, The Economist estima que se gastaron casi 11 billones de dólares para garantizar que los efectos de la covid fueran transitorios (The Economist), han acabado juntos con la era de la baja inflación mundial. Las expectativas de inflación que se arraigaron con la llegada de medidas de política monetaria extraordinariamente laxas que siguieron a la crisis financiera de 2007-2009 ya no se pueden mantener. Al intentar generar inflación, los bancos centrales han recortado adoptando políticas heterodoxas: llevando los tipos de interés a corto plazo hasta el punto de ser negativos y ampliando los balances hasta niveles que antes habrían sido considerados prácticamente imposibles. Sin embargo, cada vez preocupa más el hecho de que al mantener los tipos de interés en mínimos históricos durante demasiado tiempo se está corriendo el riesgo de que aumente la inflación y se produzca un exceso de endeudamiento.
Teniendo en cuenta las actuales tasas de inflación, los mercados ahora creen que estamos volviendo a la "vieja normalidad", en la que los bancos centrales emplean prácticas tradicionales y bien establecidas para influir en el crecimiento económico y mantener la estabilidad financiera. El problema que actualmente están debatiendo tanto los expertos del mercado como los asesores políticos es si la vuelta a la "vieja normalidad" es posible si tenemos en cuenta el alto endeudamiento de la economía mundial después de años de tipos de interés bajos; ¿limitará la retirada de liquidez cuando las economías todavía se están recuperando de la covid el crecimiento dando lugar a una mayor probabilidad de alguna forma de estanflación limitada hasta que se produzca un cambio en la dinámica de la productividad?
El restablecimiento de un entorno de tipos de interés "normal" significará que las asignaciones de activos de la cartera tendrán que ajustarse en consecuencia, y la prolongada luna de miel que hemos experimentado durante la última década con los tipos bajos, durante la cual los activos de riesgo superaron a la economía, probablemente llegará a su fin.
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