EXANTE Macro Insights

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Por Renée Friedman, PhD

La semana en resumen:

Bienvenidos a Macro Insights #21. Esta semana, los mercados han seguido reaccionando ante una Reserva Federal de línea dura, el aumento de los riesgos de estanflación en el Reino Unido, los confinamientos por covid en China y la actual crisis en Ucrania. 

Los miembros de la Fed han seguido apoyando una postura agresiva contra la inflación, incluido el gobernador de la Fed, Christopher Waller, quien ha dicho que es partidario de subir los tipos de interés en medio punto porcentual en mayo y "posiblemente más" en junio y julio.  A pesar de que el IPC general subió hasta el 8,5% en marzo, la mayor subida anual desde finales de 1981, la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, ha señalado que se siente alentada por la moderación de la inflación subyacente en marzo, que podría apuntar a un cierto enfriamiento en el futuro. Los traders anticipan ahora subidas de los tipos de interés de 50 puntos básicos en los próximos dos meses, mientras la Fed intenta equilibrarse en la delicada cuerda floja de frenar la inflación sin empujar la economía a la recesión. El reciente aplanamiento de los rendimientos (normalmente la brecha entre los rendimientos estadounidenses a dos y 10 años) ha indicado que EE. UU. se dirige hacia una recesión. Mucho dependerá de lo que ocurra con los suministros y los precios de la energía, además de las crecientes restricciones de suministro debidas a los confinamientos por covid en Shanghái, China, a medida que los cargamentos desviados y la congestión de los contenedores se convierten en un problema mayor, y a medida que los precios de los alimentos suben debido a la falta de fertilizantes resultante de la crisis ucraniana. Un mercado laboral ajustado (el empleo total en nómina no agrícola registró un aumento de 431.000 personas en marzo, y la tasa de desempleo descendió hasta el 3,6%) puede significar que la economía estadounidense es capaz de seguir resistiendo, especialmente si los alquileres y las tarifas de los camiones bajan. No obstante, muchos piensan que la economía se está calentando demasiado y que la Fed podría verse obligada a subir los tipos rápidamente para enfriar la situación. Se espera que el tipo de los fondos de la Fed se sitúe entre el 2,50% y el 2,75% a finales de 2023. Este temor a las subidas de los tipos ha afectado a los mercados bursátiles mundiales, especialmente a los valores tecnológicos y de crecimiento. 

El Banco Central Europeo (BCE) decidió en su reunión del 14 de abril no subir los tipos y mantener sus planes de reducir lentamente su programa de estímulo. En su declaración oficial, el Consejo de Gobierno del BCE afirmó que los datos recibidos desde su última reunión reforzaban su expectativa de que las compras netas de activos en el marco de su programa de compra de activos deberían concluir en el tercer trimestre. Este reducirá las compras de bonos en el marco de su programa de compra de activos a 30.000 millones de euros en mayo y a 20.000 millones de euros en junio, desde el ritmo actual de 40.000 millones de euros, y las compras finalizarán en algún momento del tercer trimestre. Cualquier ajuste de los tipos de interés clave del BCE tendrá lugar en algún momento después del final de las compras netas y será gradual. El banco ha añadido que "las condiciones de alta incertidumbre" significan que mantendrá "la opcionalidad, el gradualismo y la flexibilidad" en sus decisiones de política monetaria. La inflación en la eurozona alcanzó el 7,5% en marzo, frente al 5,9% registrado en febrero. "La inflación ha aumentado de forma significativa y seguirá siendo elevada durante los próximos meses, principalmente debido al fuerte aumento de los costes de la energía", según ha dicho el BCE en un comunicado. El precio del gas en Europa ha subido un 45% anual. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha dicho que el BCE es muy consciente de esta crisis del coste de la vida causada por este rápido crecimiento de la inflación y del impacto que tendrá en la producción. Esta también ha señalado el problema de abastecimiento tras los confinamientos en China y los acontecimientos en Ucrania. Lagarde ha destacado que la situación entre EE. UU. y el BCE es muy diferente; el desempleo, del 6,8% en febrero, es el más bajo de la historia, pero todavía hay mucha disponibilidad de mano de obra, y el crecimiento salarial sigue siendo moderado en Europa (en EE. UU. este ha registrado un incremento del 5,1% anual). Lagarde ha afirmado que los riesgos a la baja para el crecimiento son mucho peores para Europa debido a la crisis ucraniana y a la pérdida de confianza que está provocando en los consumidores y productores, así como a la situación energética en Europa, que es muy diferente a la de Estados Unidos. El BCE ha vuelto a decir que tomará las medidas necesarias para cumplir su mandato de perseguir la estabilidad de precios y contribuir a salvaguardar la estabilidad financiera. Los mercados prevén subidas de los tipos de un cuarto de punto en septiembre y diciembre.

En el Reino Unido, la inflación alcanzó el máximo del año, situándose en el 7% en marzo, frente al 6,7% previsto, y la subyacente en el 5,7%. El IPC general aumentó con respecto al 6,2% de febrero. El PIB creció un 0,1% en febrero de 2022, tras un crecimiento del 0,8% en enero de 2022. Es probable que la inflación se acelere en abril, cuando se produzca un aumento del 54% en las facturas de energía, lo que añadirá unos 1,8 puntos al tipo general. Se espera que la factura energética de los consumidores vuelva a aumentar cuando se eleve de nuevo el límite de precios en octubre si los precios globales de la energía se mantienen en los niveles actuales. Esto podría llevar la inflación a dos dígitos por primera vez desde la década de 1980. Esto aumentará la presión social y política sobre el gobierno para que tome medidas para hacer frente a la crisis del coste de la vida, ya que la inflación anual de los bienes (9,4%) es más del doble que la de los servicios (4%), Mientras tanto, el Banco de Inglaterra (BoE) se encuentra en una posición precaria, ya que este debe tratar de luchar contra la inflación al mismo tiempo que hace frente a un crecimiento significativamente más lento. El espectro de la estanflación se cierne con fuerza.

Los precios del petróleo volvieron a subir la semana pasada cuando el presidente ruso Vladimir Putin dijo que las conversaciones de paz habían llegado a un punto muerto. A pesar de esto, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) rebajó el pasado martes 12 de abril las expectativas de la demanda mundial. La agencia también dijo que el aumento de la producción mundial podría compensar las pérdidas de producción de petróleo de Rusia. La AIE dijo que espera que la producción rusa caiga 1,5 millones de barriles al día (bpd) en abril, y que a partir de mayo se acerque a los 3 millones de bpd. Estados Unidos liberará 180 millones de barriles de sus reservas durante seis meses, lo que forma parte de una liberación de 240 millones de barriles de los miembros de la AIE.

Lo que hay que tener en cuenta la semana que viene

La semana que viene será relativamente tranquila, después de que la mayoría de los mercados hayan estado cerrados el Viernes Santo y otros también el Lunes de Pascua.

  • En Europa, el viernes se publicarán los datos del IPC francés e italiano. El miércoles se publicarán los datos del IPP alemán y de la producción industrial de la zona euro.  El jueves se publicarán los datos del IPCA de la eurozona, que miden los cambios en las tendencias de compra y la inflación en la eurozona. El jueves también se publicarán los datos de la encuesta de confianza de los consumidores de la zona euro.
  • En Estados Unidos, el viernes se publicará la tasa de utilización de la capacidad y los datos de producción industrial. El martes se publicarán los datos de permisos de construcción y de construcción de viviendas. El miércoles, las ventas de viviendas existentes y el Libro Beige de la Reserva Federal. El jueves se publicarán las solicitudes iniciales y continuas de subsidio de desempleo, así como la encuesta manufacturera de la Fed de Filadelfia.
  • En el Reino Unido, el jueves se publicará el discurso del gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey. 

El lunes 18 de abril se publicarán los datos del PIB chino, las ventas minoristas y la producción industrial. Una desaceleración en China tendrá un impacto en el resto de Asia y una ralentización de la producción industrial probablemente se corresponderá con mayores restricciones de suministro para las manufacturas mundiales que dependen de los insumos fabricados en China, por ejemplo, los semiconductores y la industria del automóvil. Además, el miércoles se conocerá la decisión sobre los tipos de interés del Banco Popular de China (PBoC). Es muy probable que el banco central chino recorte los tipos de interés por segunda vez este año y reduzca el coeficiente de reservas obligatorias (RRR) para ayudar a reforzar la economía, que ha estado sufriendo los confinamientos por covid. El Consejo de Estado dijo el pasado miércoles 13 de abril que "intensificará el apoyo financiero a la economía real, especialmente a las industrias y pequeñas empresas que se han visto muy afectadas por la pandemia".

Recordemos que los mercados bursátiles de Europa, América del Norte, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia cierran el Viernes Santo (15 de abril) y que los mercados de bonos de EE. UU. operarán con un horario abreviado, cerrando el viernes a las 14:00 horas (hora del este).

Por último, las reuniones de primavera de 2022 del Grupo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) tendrán lugar entre el 18 y el 24 de abril de 2022.

¿Alabemos al poderoso consumidor?

Para los que se preocupan por el riesgo de recesión, algunos apuntan a la fortaleza de los mercados laborales y al ahorro acumulado (durante la pandemia de la covid) que seguirá alimentando la demanda. ¿Es esto realmente correcto?

En EE.UU., a pesar de que el mercado laboral sigue siendo excepcionalmente tenso, según Bloomberg, el endeudamiento de los consumidores experimentó en febrero el mayor aumento registrado, como consecuencia de un incremento desmesurado de los saldos de las tarjetas de crédito y de los préstamos no renovables. De acuerdo con los datos de la Reserva Federal, el crédito total aumentó en 41.800 millones de dólares con respecto al mes anterior, tras un aumento revisado de 8.900 millones en enero. El crédito no renovable, que incluye los préstamos para automóviles y escolares, aumentó en 23.800 millones de dólares. Ambos avances fueron de los mayores registrados.

En el Reino Unido, el 83% de los adultos declaró un aumento del coste de la vida en marzo de 2022. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria prevé que los ingresos de los hogares tras impuestos, ajustados a la inflación, empiecen a caer durante el segundo trimestre de 2022 y no se recuperen hasta el tercer trimestre de 2024. A pesar de que los mercados laborales del Reino Unido también están tensos - la Oficina de Estadísticas Nacionales estima que el número de empleados asalariados para marzo de 2022 muestra un pequeño aumento mensual (35.000 más que en la revisión de febrero de 2022) hasta alcanzar la cifra récord de 29,6 millones -, el endeudamiento con tarjetas de crédito ha aumentado. Según The Guardian, las cifras del Banco de Inglaterra muestran que los préstamos con tarjeta de crédito aumentaron en 1.500 millones de libras en febrero, hasta los 59.500 millones de libras, la cifra más alta desde que se iniciaron los registros en 1993, y que el importe total de los préstamos sin garantía aumentó un 90% respecto al mes anterior, hasta los 1.900 millones de libras.

Según el BCE, en la eurozona el consumo privado se contrajo más de lo previsto en el cuarto trimestre de 2021 y se situó un 2,5% por debajo de su nivel anterior a la pandemia. Se espera que la renta real disponible disminuya fuertemente en el primer trimestre de 2022 debido a la mayor inflación y a las menores transferencias fiscales netas. Sin embargo, tal y como ha reconocido el BCE, la concentración del ahorro está en los hogares más ricos y de mayor edad que tienen una menor propensión al consumo, mientras que los hogares de los grupos de menor renta siguen estando más expuestos.

En resumen, parece que muchos de nosotros estamos viviendo con dinero y tiempo prestados. Los ahorros que puedan haberse acumulado durante el momento álgido de la pandemia, cuando la gente se vio obligada a quedarse en casa, y lo que puedan haber recibido a través de las transferencias fiscales, no son suficientes para absorber la presión de los ingresos por el aumento de las facturas de energía. Esto significa que no solo los bancos centrales tienen que tomar medidas, sino también los gobiernos. Sin más apoyo estatal, lo que en sí mismo puede causar problemas con los niveles de deuda estatal y los diferenciales de rendimiento, la probable reducción del gasto de los consumidores podría recortar el crecimiento del PIB en todos los mercados mundiales. Aunque la inflación puede disiparse a medida que, por ejemplo, la demanda china se ralentiza, los riesgos permanecen: un aumento de las quiebras y un consumidor menos confiado. 

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